Salud y calidad del tratamiento
Mi Historia
No me gusta definirme por lo que he estudiado, aunque sin duda me ha traído a dónde estoy hoy. Por eso te cuento un poco sobre cómo empezó mi verdadera historia con el suelo pélvico:
Al poco tiempo de terminar la carrera de Fisioterapia tuve problemas de suelo pélvico y durante cerca de 2 años perdí la cuenta de las veces que acudí a la ginecóloga de urgencias: cándidas e infecciones se alternaban una tras otra y fisuras vaginales. La respuesta recibida era siempre la misma: geles íntimos y más lubricante. También empecé a sufrir de hemorroides, dolor abdominal tras la ingesta de cualquier comida y por supuesto, la ansiedad que tener todos estos síntomas me provocaba.
Casualidades de la vida, o no, pues cada vez creo menos en las casualidades; me apunté a un curso de 20h sobre el suelo pélvico: en la carrera apenas habíamos tenido un seminario de 5 horas sobre esta especialidad y me parecía curioso saber más sobre el tema, sin pensar en absoluto que aquel curso de fin de semana “me salvaría la vida”.
Al realizar una valoración de mi zona perineal, la profesora me comentó que tenía un tono elevado de la musculatura y me empezó a enumerar, casi uno por uno, los síntomas que yo refería.
Estuve tratando mí suelo pélvico con la ayuda de una compañera y con pequeños hábitos en mi día a día, pero sobre todo, comencé a ser consciente de esa zona tan invisible y olvidada, que incluso para mí siendo fisioterapeuta y conociendo al detalle cada músculo, origen, inserción y muesca ósea, había pasado desapercibida cómo si de un “agujero negro” en la pelvis se tratara.
Continué mi formación con algunos cursos más sobre embarazo y movimiento, hipopresivos, pilates y suelo pélvico, pero se me quedaban cortos. Me dí cuenta de la importancia que se le da al suelo pélvico durante el embarazo y postparto, pero lo poco que se habla, enseña y aprende de esta zona durante el resto de nuestras vidas.
El Máster en Disfunciones de Suelo Pélvico ha sido la formación con la que realmente he crecido profesional y personalmente: en él se hablaba de periné y maternidad por supuesto, pero también de coloproctología, ecografía, dolor, fisiosexología, periné infantil y masculino. El temario era apasionante, pero no tengo la menor duda de que no hubiera aprendido y asimilado tanto esa formación sin el equipo de compañeras con el que coincidí, con el que compartí y seguimos compartiendo risas, complicidad, mucho inconformismo y dudas profesionales. Cómo ser mejores personas y mejores profesionales para nuestras pacientes nos unió y nos sigue uniendo en cada una de las dudas en la que nos apoyamos. No tengo duda de que un buen profesional es quién se apoya en un equipo para llegar lejos, y yo a pesar de trabajar sola en consulta, tengo la suerte de rodearme de un equipo de diferentes profesionales y personas maravillosas que hacen que vuestra recuperación pueda ser un éxito.
A día de hoy me siento orgullosa de deciros que de las disfunciones del suelo pélvico “también se sale”. Hará falta un poco de rutina e ilusión en el tratamiento pues seremos un equipo, yo seré tú guía y la mano que te ayuda a levantar, pero necesito tú compromiso.
